DIA 3. SIENDO AMABLES CUANDO NO LO MERECEN, PERO LO NECESITAN

“El amor, no se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas.”

1 Corintios 13:5 (NTV)

¿CÓMO MOSTRAR MISERICORDIA A MI FAMILIA?

SIENDO AMABLES CUANDO NO LO MERECEN, PERO LO NECESITAN.

“El amor es paciente... El amor es bondadoso... El amor todo lo soporta.” 1 Corintios 13:4+7 (NVI)

En cada familia tenemos lo que yo llamo PMD. Personas-Muy-difíciles. Te daré una descripción de ellos; son irresponsables, inmaduros, exigentes, prepotentes, egocéntricos, manipuladores, agresivos, y muy a menudo groseros. En la vida Y la familia hay gente muy difícil. Y resulta complicado vivir y trabajar con personas difíciles

Piensa por un momento en qué miembro de tu familia podría ser tu PMD. ¿Ya lo hiciste? Ahora te diré cómo tratar a ese miembro de la familia que, para ti, es un PMD. Según lo que leímos es; siendo amable y bondadoso aun cuando no lo merecen.

Dejemos en claro lo siguiente; cuanto tú eres amable con una persona porque se lo merece. Eso ya no es misericordia, eso es corresponder. Jesús dijo ¨si amas a los que te aman solamente, qué de extraordinario haces. ¨ Pero cuando alguien es áspero contigo y en lugar de tratarlo de la misma manera, le respondes amablemente eso es misericordia.

Que, por cierto, todos necesitamos de ese tipo de misericordia en nuestra vida. ¿por qué? Porque no todos nuestros días son buenos. A veces, llegas cansado del trabajo o estás cansada de estar todo el día en casa atendiendo a la familia y sacas lo peor de ti. Todos lo hemos hecho.

Si eres amable con alguien que es amable contigo, eso se llama corresponder. Pero cuando alguien en tu vida y familia, es grosero y áspero contigo y a pesar de ello, eres amable con él o ella, ESO se llama misericordia.

Hay muchas personas en tu vida, sobre todo en tu familia que no siempre merecen tu bondad. Que no han sido amables contigo. Pero como hijos de Dios, tú y yo, debemos darles lo que necesitan y no lo que se merecen.

Y si te preguntas ¿por qué? la respuesta es porque eso es lo que Dios hace contigo y conmigo todos los días de tu vida.

Piensa en lo siguiente: Dios no nos da lo que te merecemos. ¿Qué es lo que merecemos por nuestras acciones? el castigo. El enojo y abandono por parte de Dios.

Contrario a lo que corresponde a nuestras acciones, Dios nos da lo que necesitamos. Su amor, perdón, presencia y bondad. A eso se llama misericordia.

Cuando nosotros estamos siendo misericordiosos damos bondad a las personas cuando necesitan bondad; a pesar de que no lo merezcan.

Piensa en alguien de tu familia a la que podrías empezar a mostrar misericordia. Las relaciones son mejores cuando aprendemos a ser misericordiosos los unos con los otros. ¡Te animo a ser misericordioso hoy!

Arturo Martínez.
Pastor del Campus Querétaro.
Posted in