DIA 1. CUANDO DIOS PREGUNTA

Cuando nos enfrentamos a circunstancias difíciles o dolorosas en la vida, una respuesta natural es hacer cuestionamientos a Dios. Es en las situaciones adversas cuando en nuestra mente y corazón emergen preguntas que nos gustaría hacerle cara a cara

¿Por qué me pasa esto a mí?
¿Por qué permites esto en mi vida?
¿Hasta cuándo vas a responder mi oración?

Sin lugar a dudas, cuando pasamos por tribulación en la vida, tenemos la tendencia natural de cuestionar a Dios, cuestionar sus motivos, o incluso cuestionar su cuidado sobre nuestras vidas. ¡Es algo natural! ¡Es algo propio del ser humano! El mismo Job, una persona que la Biblia menciona como justa y leal hacia Dios (Job 1:1) elevó sus cuestionamientos hacia Dios en medio de la dificultad.

Repito: hacernos preguntas en tiempos complicados, o incluso hacerle preguntas a Dios, no está mal. Grandes hombres y mujeres de Dios abrieron su corazón con honestidad cuando atravesaron periodos desafiantes en sus vidas. Si algo suscitan las crisis son precisamente preguntas. Cuestionamientos. Es una tendencia muy humana. Sin embargo ¿has reflexionado en que, quizá, Dios también quisiera lanzarnos algunas preguntas en espera de nuestra respuesta? ¿Y si es Dios ahora el que pregunta?

Dios hace preguntas. Jesús mismo, muchas veces lanzó preguntas también. Y no es que la divinidad no sepa cuál es la respuesta, es una invitación a la retrospección. Es un ejercicio de conocimiento propio. Es una manera de llevarnos a “mirar hacia adentro” y notar que nuestro corazón sigue siendo una obra en construcción.

Meditar en ello nos hará mas atentos en cada parte de la Escritura en donde Dios nos lanza una pregunta. Nos hará más honestos al examinar nuestros motivos. Nos permitirá, de la misma forma que lanzamos cuestionamientos en busca de respuestas, indagar en nuestro interior para ofrecer una respuesta honesta a Dios.

¿Cómo contestaremos a Dios cuando nos hace una pregunta?

Chucho Hurtado
MINISTRO PIB SATÉLITE