DIA 2. ¿QUÉ BUSCAS?

“Jesús se dio la vuelta y al ver que lo seguían les preguntó: ¿Qué buscan?”

Juan 1:38

Llama poderosamente mi atención que, en el primer capítulo del evangelio de Juan, la primer pregunta que Jesús hace a sus seguidores es “¿Qué es lo que buscas?”.

Es una pregunta hacia el interior de su seguidores. Hacia el interior de nosotros. No es ni siquiera una pregunta sobre las acciones; es una pregunta sobre los motivos.

Pareciera que Jesús puede ver el interior de nuestros corazones. Pareciera que Jesús entiende que cada uno de nosotros busca cosas diferentes en la vida. Jesús entiende que en ocasiones nuestras prioridades varían de persona a persona. Algunos buscan fama. Otros dinero. Otros justicia. Unos más venganza. Otros simplemente buscan un refugio frente a las tempestades. Otros buscan respuestas a sus preguntas más intimas. Cada uno de nosotros busca algo en la vida y Jesús pregunta de frente y sin miramientos si nuestra búsqueda se alinea al corazón de Dios.

Tal vez no exista mayor tragedia en la vida que dedicarla a la búsqueda de las cosas incorrectas. Tal vez el peor error sea una vida invertida en cuestiones intrascendentes, temporales y frívolas. Muchas personas han experimentado una inmensa sensación de vacío aún habiendo conquistado grandes fortunas, famas o placeres en la vida. Hay personas que pasan la vida entera buscando algo solo para conseguirlo, lograrlo o comprarlo, para finalmente concluir que dicha conquista no satisfizo a cabalidad su corazón hambriento.

Jesús decía “la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15). También nos prevenía diciendo “¿De qué le sirve al ser humano haber ganado el mundo entero si perdiera su alma?” (Marcos 8:36)

Ahora bien, no estoy diciendo que el buscar cumplir las necesidades en la vida o trabajar con diligencia por aquellos sueños que tenemos sea algo malo. No. Lo que estoy diciendo es que si depositamos nuestra felicidad, gozo, identidad y plenitud en ellos, nunca habrá suficientes cosas para llenar el vacío. El ser humano tiene un vacío en su corazón que solamente puede ser llenado con una relación con Dios.

Es por eso que la respuesta de Jesús a la pregunta “¿Qué buscas?” es una invitación “¡Vengan y vean!” (Juan 1:39) ¡Jesús es la satisfacción plena de nuestras búsquedas! Abierta. Franca. Sin hipocresías. Tal como somos. Solo venir a Jesús y observar lo que Él puede hacer en nuestras vidas. No por nada, uno de los más grandes pensadores de la historia, Agustín, tras una vida llena de placeres y excesos, encontró el final de su búsqueda y su plena satisfacción solamente en la persona de Cristo Jesús: “Nos hiciste Señor para ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti.”

Y tú ¿Qué buscas?

En el amor de Cristo.

Chucho Hurtado
Ministro PIB Satélite.
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